por Luis Rizzi, Profesor Asociado del Departamento de Ingeniería de Transporte y Logística PUC y Director Asociado de la Dirección de Postgrado de la Escuela de Ingeniería PUC. Socio Sochitran.
Con relación a personas fallecidas en accidentes de tránsito, Carabineros de Chile reporta valores que oscilan entre 1.500 y 1.700 víctimas, desde fines de los años 90. Esta tendencia de largo plazo entrega una disminución del riesgo vial, considerando que los kilómetros circulados en vehículos motorizados aumentan. Sin embargo, al comparar con la evolución de fallecimientos en accidentes viales en países avanzados en la materia, Chile aún no entra en la fase de caída sostenida de estos valores, en el tiempo. Esta fase de caída sostenida se observó en países de Europa occidental, a partir de la década del 70 (en menor magnitud en EE.UU.), y en España, a partir de la primera década del nuevo siglo. A pesar de esfuerzos varios en la materia en Chile, alcanzar valores de víctimas fallecidas menores a 1.500 personas, de manera sistemática, ha resultado esquiva.
Dentro de esta macrotendencia, observamos tendencias opuestas para distintos tipos de usuarios. Históricamente, el usuario con peor desempeño fue el peatón, representando más del 40% de los fallecimientos. A partir del año 2009, comienza un quiebre de tendencia que se sostiene hasta el día de hoy. A partir del año 2009, el porcentaje de peatones fallecidos pasa a ubicarse por debajo del 40% y desde el año 2020 en adelante quiebra la barrera del 30%, valores que se sostienen hasta el año 2024 inclusive. También se observa una tendencia a la baja significativa en los fallecimientos de ciclistas, la que comienza en el año 2008, sosteniéndose en el tiempo, con reducciones notables en los años 2023 y 2024. La contrapartida de estos dos fenómenos es el aumento de las víctimas fallecidas en calidad de usuarios de automóvil, camioneta, jeep y motociclistas, siendo este último el usuario más castigado. La suma de fallecidos en automóvil, camioneta y jeep comienza a crecer de manera visible a partir del año 2014, mientras que la tendencia al alza de los fallecidos de usuarios de motocicleta viene ocurriendo desde el año 2002. Tendencias similares se observan para las víctimas graves, aquellas que reportan lesiones de mayor gravedad según el criterio aplicado por Carabineros[1].
Desde el año 2000, se observa una tendencia levemente creciente de fallecidos en áreas rurales y como contrapartida, la consecuente disminución de los fallecidos en áreas urbanas tanto en valores absolutos como en porcentajes[2]. Los entornos urbanos se están tornando más seguros[3] y ello beneficiaría a usuarios vulnerables como peatones y ciclistas; por el contrario, los entornos rurales se están volviendo menos seguros y ello afectaría a quienes viajan en vehículos motorizados[4]. En cuanto al mayor fallecimiento de motociclistas, este fenómeno nos acerca a realidades de otros países sudamericanos, en donde se observó una expansión masiva de su uso.
Haciendo un simple análisis en función del paso del tiempo, parece ser que ciertas leyes específicas en la materia, como la disminución de los umbrales de alcohol en sangre para considerar conducción bajo efectos del alcohol (2012), el endurecimiento de las penas por conducción bajo efectos del alcohol (2014) y la reducción de las velocidades de circulación en áreas urbanas (2018), no contribuyen a explicar las tendencias observadas. Resta ver qué efecto pueda tener la Ley CATI una vez implementada. Su mayor beneficio vendría dado por su aplicación en áreas rurales.
Múltiples factores explican la ocurrencia de accidentes viales, ahondar en ellos es clave para comprender las tendencias que se observan. Esto constituye un importante desafío para nuestra comunidad de ingeniería de transporte.
[1] Carabineros considera víctimas graves, menos graves y leves en función de la definición de la gravedad de las lesiones según lo define el Código Penal.
[2] Agradezco a Francisco Fresard por haberme hecho notar la mayor ocurrencia de fallecidos en áreas rurales a lo largo del tiempo.
[3] Tal vez, la mayor congestión vial sea un factor que incida en esto, en áreas urbanas.
[4] También se verifica esta tendencia de ocurrencia de víctimas graves en entornos rurales que crece porcentualmente en el tiempo.